Pónmelé una puerta al campo,
que es muy largo
y se van por sus orillas
las mentiras.
Busca orégano en el monte,
que hay el doble
de sarcasmos enredados
en un salmo.
Échalé más tinta al río
que, crecido,
va llevando hacia los mares
las verdades.
en un salmo.
Échalé más tinta al río
que, crecido,
va llevando hacia los mares
las verdades.
Es un mes siempre diciembre
inclemente,
con sus luces titilantes
en las calles:
Suenan himnos y loores,
y redobles,
celebrando ley de burros
bajo un puño.
Puente largo, sueldo corto;
como copos
bajan rápidos paquetes
por la nieve.
Y se encienden lucecitas
amarillas
azuladas verdes rojas,
engañosas.
Llega el día de los números
y el disgusto
de que el bombo no resuelva
malas cuentas.
Luego el lujo de lo exótico
para bobos
y los dulces calentando
vino amargo.
Bajo el árbol los regalos
obligados;
los chavales y la abuela
se enajenan.
En la prensa, algunas bromas
más bien toscas;
inocente no es lo mismo
que pardillo.
Y las luces brillan sordas,
verdes rojas
azuladas amarillas,
aturdidas.
Al final se acaba el año:
otro clavo
en el ataúd abierto
que es el tiempo.
Dame un poco más de líquido
ámbar, frío,
que me hunda en mi pantano
un buen rato.
Con su danza y desvarío
desmedido,
si hay un mes que sea inclemente
es diciembre.
Quítalé la capa al monte,
que se esconde,
como un niño de las brujas,
en la bruma.
Póntelé otra puerta al campo,
timbre y marco,
y un ramito de esotérico
fresco acebo.
Deja al río que se lleve
bajo el puente
el envés de las verdades
a los mares.
Y este mes tan repelente
que es diciembre
que se vaya, con el año,
al carajo‼
___
Santa Rosa, Barcelona. Diciembre 2009. m: 8/4×4
inclemente,
con sus luces titilantes
en las calles:
Suenan himnos y loores,
y redobles,
celebrando ley de burros
bajo un puño.
Puente largo, sueldo corto;
como copos
bajan rápidos paquetes
por la nieve.
Y se encienden lucecitas
amarillas
azuladas verdes rojas,
engañosas.
Llega el día de los números
y el disgusto
de que el bombo no resuelva
malas cuentas.
Luego el lujo de lo exótico
para bobos
y los dulces calentando
vino amargo.
Bajo el árbol los regalos
obligados;
los chavales y la abuela
se enajenan.
En la prensa, algunas bromas
más bien toscas;
inocente no es lo mismo
que pardillo.
Y las luces brillan sordas,
verdes rojas
azuladas amarillas,
aturdidas.
Al final se acaba el año:
otro clavo
en el ataúd abierto
que es el tiempo.
Dame un poco más de líquido
ámbar, frío,
que me hunda en mi pantano
un buen rato.
Con su danza y desvarío
desmedido,
si hay un mes que sea inclemente
es diciembre.
Quítalé la capa al monte,
que se esconde,
como un niño de las brujas,
en la bruma.
Póntelé otra puerta al campo,
timbre y marco,
y un ramito de esotérico
fresco acebo.
Deja al río que se lleve
bajo el puente
el envés de las verdades
a los mares.
Y este mes tan repelente
que es diciembre
que se vaya, con el año,
al carajo‼
___
Santa Rosa, Barcelona. Diciembre 2009. m: 8/4×4
êImágenes: Graffitis en Barcelona, 3/09/05, 17/12/05, 8/04/06
Y yo sin abuela
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