29/10/10

Donde habita el olvido


Rima XLVI
G.A. Bécquer


¿De dónde vengo?... El más horrible y áspero
                 de los senderos busca.
Las huellas de unos pies ensangrentados
                 sobre la roca dura;
los despojos de un alma hecha jirones
                 en las zarzas agudas,
                 te dirán el camino
                 que conduce a mi cuna.
¿A dónde voy? El más sombrío y triste
                 de los páramos cruza:
valle de eternas nieves y de eternas
                 melancólicas brumas.
En donde esté una piedra solitaria
                 sin inscripción alguna,
                 donde habite el olvido,
                 allí estará mi tumba.

 

Donde habite el olvido
Luis Cernuda


Donde habite el olvido,
en los vastos jardines sin aurora;
donde yo sólo sea
memoria de una piedra sepultada entre ortigas
sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
no esconda como acero
en mi pecho su ala,
sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allá donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
sometiendo a otra vida su vida,
sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
disuelto en niebla, ausencia ,
ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
donde habite el olvido.

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