15/8/10

Seis poemas galegos

Federico García Lorca


I.  Madrigal á cibdá de Santiago

Chove en Santiago
meu doce amor.
Camelia branca do ar
brila entebrecida ô sol.

Chove en Santiago
na noite escura.
Herbas de prata e de sono
cobren a valeira lúa.

Olla a choiva pola rúa,
laio de pedra e cristal.
Olla o vento esvaído
soma e cinza do teu mar.

Soma e cinza do teu mar
Santiago, lonxe do sol.
Ágoa da mañán anterga
trema no meu corazón.


I.  Madrigal a la ciudad de Santiago

Llueve en Santiago,
mi dulce amor.
Camelia blanca del aire
brilla entenebrada al sol.

Llueve en Santiago
en la noche oscura.
Hierbas de plata y de sueño
cubren la vacía luna.

Mira la lluvia por la calle,
lamento de piedra y cristal.
Mira el viento desvaído,
sombra y ceniza de tu mar.

Sombra y ceniza de tu mar,
Santiago, lejos del sol.
Agua de la mañana antigua
tiembla en mi corazón.



II.  Romaxe de Nosa Señora da Barca

¡Ay ruada, ruada, ruada
da Virxen pequena
e a súa barca!

A Virxen era pequena
e a súa coroa de prata.
Marelos os catro bois
que no seu carro a levaban.

Pombas de vidro traguían
a choiva pol-a montana.
Mortos e mortos de néboa
pol-as congostras chegaban.

¡Virxen, deixa a túa cariña
nos doces ollos das vacas
e leva sobr’o teu manto
as froles da amortallada!

Pol-a testa de Galicia
xa ven salaiando a i-alba.
A Virxen mira pra o mar
dend’a porta da súa casa.

¡Ay ruada, ruada, ruada
da Virxen pequena
e a súa barca!


II.  Romería de Nuestra Señora de la Barca

¡Ay parranda, parranda, parranda
de la Virgen pequeña
y su barca!

La Virgen era pequeña
y su corona de plata.
Amarillos los cuatro bueyes
que en su carro la llevaban.

Palomas de vidrio traían
la lluvia por la montaña.
Muertos y muertos de niebla
por las veredas llegaban.

¡Virgen, deja tu carita
en los dulces ojos de las vacas
y lleva sobre tu manto
las flores de la amortajada!

Por la testuz de Galicia
ya viene suspirando el alba.
La Virgen mira hacia el mar
desde la puerta de su casa.

¡Ay parranda, parranda, parranda
de la Virgen pequeña
y su barca!



III.  Cantiga do neno da tenda

Bos Aires ten unha gaita
sobre do Río da Prata
que a toca o vento do norde
coa súa gris boca mollada.

¡Triste Ramón de Sismundi!
Aló, na rúa Esmeralda,
basoira que te basoira
polvo d’estantes e caixas.

Ao longo das rúas infindas
os galegos paseiaban
soñando un val imposíbel
na verde riba da pampa.

¡Triste Ramón de Sismundi!
Sinteu a muiñeira d'ágoa
mentres sete bois de lúa
pacían na súa lembranza.

Foise pra veira do río,
veira do Río da Prata.
Sauces e cabalos múos
creban o vidro das ágoas.

Non atopou o xemido
malencónico da gaita,
non viu o inmenso gaiteiro
coa boca frolida d’alas:

Triste Ramón de Sismundi,
veira do Río da Prata,
viu na tarde amortecida
bermello muro de lama.


III.  Cantiga del niño de la tienda

Buenos Aires tiene una gaita
sobre el Río de la Plata
que la toca el viento del norte
con su gris boca mojada.

¡Triste Ramón de Sismundi!
Allá, en la calle Esmeralda,
cepilla que te cepilla
polvo de estantes y cajas.

A lo largo de las calles infinitas
los gallegos paseaban
soñando un valle imposible
en la verde ribera de la pampa.

¡Triste Ramón de Sismundi!
Sintió la muñeira de agua
mientras siete bueyes de luna
pacían en su memoria.

Se fue a la orilla del río,
orilla del Río de la Plata.
Sauces y caballos mudos
quiebran el vidrio de las aguas.

No encontró el gemido
melancólico de la gaita,
no vio al inmenso gaitero
con la boca florida de alas:

Triste Ramón de Sismundi,
orilla del Río de la Plata,
vio en la tarde moribunda
rojo muro de lama.



IV.  Noiturnio do adoescente morto

Imos silandeiros orela do vado
pra ver ô adolescente afogado.

Imos silandeiros veiriña do ar,
antes que ise río o leve pro mar.

Súa i-alma choraba, ferida e pequena
embaixo os arumes de pinos e d’herbas.

Ágoa despenada baixaba da lúa
cobrindo de lirios a montana núa.

O vento deixaba camelias de soma
na lumieira murcha da súa triste boca.

¡Vinde mozos loiros do monte e do prado
pra ver o adoescente afogado!

¡Vinde xente escura do cume e do val
antes que ise río o leve pro mar!

O leve pro mar de curtiñas brancas
onde van e vên vellos bois de ágoa.

¡Ay, cómo cantaban os albres do Sil
sobre a verde lúa, coma un tamboril!

¡Mozos, imos, vinde, aixiña, chegar
porque xa ise río m’o leva pra o mar!


IV.  Nocturno del adolescente muerto

Vamos silenciosos orilla del vado
para ver al adolescente ahogado.

Vamos silenciosos orillita del aire,
antes que ese río lo lleve hacia el mar.


Su alma lloraba, herida y pequeña
bajo las agujas de pinos y de hierbas.

Agua despeñada bajaba de la luna
cubriendo de lirios la montaña desnuda.

El viento dejaba camelias de sombra
en la claraboya mustia de su triste boca.

¡Venid mozos rubios del monte y del prado
para ver el adolescente ahogado!

¡Venid gente oscura de la cumbre y del valle
antes que ese río lo lleve hacia el mar!

Lo lleve hacia el mar de cortinas blancas
donde van y vienen viejos bueyes de agua.

¡Ay, cómo cantaban los árboles del Sil
sobre la verde luna como un tamboril!

Mozos, vamos, venid, pronto, llegad
porque ya ese río me lo lleva al mar!



V.  Canzón de cuna pra Rosalía Castro, morta

¡Érguete, miña amiga,
que xa cantan os galos do día!
¡Érguete, miña amada,
porque o vento muxe, coma unha vaca!

Os arados van e vén
dende Santiago a Belén.

Dende Belén a Santiago
un anxo ven en un barco.

Un barco de prata fina
que trai a door de Galicia.

Galicia deitada e queda
transida de tristes herbas.

Herbas que cobren teu leito
e a negra fonte dos teus cabelos.

Cabelos que van ao mar
onde as nubens teñen seu nidio pombal.

¡Érguete, miña amiga,
que xa cantan os galos do día!
¡Érguete, miña amada,
porque o vento muxe, coma unha vaca!


V.  Canción de cuna para Rosalía de Castro, muerta

¡Levántate, mi amiga,
que ya cantan los gallos del día!
¡Levántate, mi amada,
porque el viento muge, como una vaca!

Los arados van y vienen
desde Santiago a Belén.

Desde Belén a Santiago
un ángel viene en un barco.

Un barco de plata fina
que trae el dolor de Galicia.

Galicia acostada y quieta
transida de tristes hierbas.

Hierbas que cubren tu lecho
y la negra fuente de tus cabellos.

Cabellos que van al mar
donde las nubes tienen su nítido palomar.

¡Levántate, mi amiga,
que ya cantan los gallos del día!
¡Levántate, mi amada,
porque el viento muge, como una vaca!



VI.  Danza da lúa en Santiago

¡Fita aquel branco galán,
olla seu transido corpo!

É a lúa que baila
na Quintana dos mortos.

Fita seu corpo transido
negro de somas e lobos.

Nai: a lúa está bailando
na Quintana dos mortos.

¿Quén fire potro de pedra
na mesma porta do sono?

¡É a lúa! ¡É a lúa
na Quintana dos mortos!

¿Quen fita meus grises vidros
cheos de nubens seus ollos?

¡É a lúa! ¡É a lúa
na Quintana dos mortos!

Déixame morrer no leito
soñando con froles d’ouro.

Nai: a lúa está bailando
na Quintana dos mortos.

¡Ai filla, co ar do ceo
vólvome branca de pronto!

Non é o ar, é a triste lúa
na Quintana dos mortos.

¿Quén brúa co-este xemido
d’imenso boi melancónico?

¡Nai: É a lúa, a lúa
coronada de toxos,
que baila, e baila, e baila
na Quintana dos mortos!


VI.  Danza de la luna en Santiago

¡Observa a aquel blanco galán,
mira su transido cuerpo!

Es la luna que baila
en la Quintana de muertos.

Observa su cuerpo transido
negro de sombras y lobos.

Madre: la luna está bailando
en la Quintana de muertos.

¿Quién hiere potro de piedra
en la misma puerta del sueño?

¡Es la luna! ¡Es la luna
en la Quintana de muertos!

¿Quién observa mis grises vidrios
llenos de nubes sus ojos?

¡Es la luna! ¡Es la luna
en la Quintana de muertos!

Déjame morir en el lecho
soñando con flores de oro.

Madre: la luna está bailando
en la Quintana de muertos.

¡Ay hija, con el aire del cielo
me vuelvo blanca de pronto!

No es el aire, es la triste luna
en la Quintana de muertos.

¿Quién brama con este gemido
de inmenso buey melancólico?

¡Madre: Es la luna, la luna
coronada de tojos,
que baila, y baila, y baila
en la Quintana de muertos!

_____
Quintana: Plaza contigua a la catedral de Santiago de Compostela a la que una amplia escalinata divide en dos partes: arriba la Quintana de vivos (Quintana dos vivos) y abajo la Quintana de muertos (Quintana dos mortos), llamada así porque en el lugar hubo antiguamente un cementerio.

7 comentarios:

  1. Poetas namorados das letras da terra sua agarimosa ,xeitosa veleza Galiza noxa .
    Voute votar de menos ¡MIÑA FERMOSA ROSA!Cando me chegue o dia que eu teña que deixarte, pero xamais esquecerte ¡MIÑA TERRA MIÑA TERRA ,TERRA DO MEU CORAZON ONDE A MIÑA NAI ME TIVO CON TODO O SEU CORAZON!.O que mais quero na vida a parte da miña nai ,e ixta terriña miña .¡A TERRA MIÑA GALEGA !.

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  2. Bellos poemas .Soy alguien que los ama y gracias a ellos sigo viva .Me dieron amor a la vida mia ,aire a mis pulmones ,letras en mis labios y sonrrisas en mi cara .¡AMO LA POESIA.!

    ANONIMA

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    1. No hacer otra cosa más
      que buscar...
      buscar en mi vida
      en torno a mí analizar
      los coches parados en el paseo...
      recuerdo que no todos son ricos
      Y ni siquiera sé...
      cómo las cuentas tendrán que pagar
      será mucho que me fui
      al coche de chatarra ...
      e inda, así que veo por ai muchos de charrá...
      no lo sé cómo la consumen
      con tanta gente sin trabajo,
      ya que veo que el a la puerta
      y ni las personas a circular
      No sé como hay pobres ricos
      , muchos decoros ,
      mi espalda ella si las brujas
      no hay padres a ocultar
      ¿cómo voy a saber y
      contar cuántos coches
      y tan pocos , hay la estramalhar

      carlos Ac liberal

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  3. una cosa el primer poema esta mal pone cibdá en vez de cidade y ô sol esta mal lo de ô es ao sol o tambien ó
    Fuentes:Yo misma soy gallega

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    1. Gracias por la advertencia. Lorca escribió sus "poemas galegos" en el gallego que se utilizaba en la época, mucho antes de la normalización lingüística. La primera edición de Seis poemas galegos, 1935, fue prologada por Eduardo Blanco Amor y seguramente este mismo escritor realizó la corrección de textos en una lengua que Lorca conocía pero no dominaba. Lorca lo escribió así y así debe quedar.

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  4. De feito, non é sinxelamente o galego da época senón que é o galego tamén da área dialectal auriense, á que pertencía Blanco Amor entre outros coma Otero Pedrayo

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