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Disse ao meu coraçāo: olla por quantos
Caminhos vāos andámos! Considera
Agora, desta altura fria e austera,
Os ermos que regaram nossos prantos…
Pó e cinzas, onde houve flor e encantos!
E noite, onde foi luz de primavera!
Olha a teus pés o mundo e desespera,
Semeador de sombras e quebrantos!―
Porém o coraçāo, feito valente
Na escola da tortura repetida,
E no uso do penar tornado crente,
Respondeu: Desta altura vejo o Amor!
Viver no foi em vāo, se é isto a vida,
Nem foi de mais o desengano e a dor.
N
Dije a mi corazón: «¡Mira por cuantos
caminos vanos fuimos! Considera
hoy, desde esta altura fría y austera,
los yermos que regaron nuestros llantos…
¡Polvo y ceniza son ya flor y encantos!
¡Y noche, donde luz de primavera!
Mira a tus pies el mundo y desespera,
¡oh sembrador de angustias y quebrantos!»
Con todo, el corazón, hecho valiente
forjado en la tortura repetida
y en el penar continuo, más creyente,
dijo: «¡De esta altura veo el Amor!
Vivir no fue en vano, si esto es la vida, ni sobró el desengaño y el dolor.»
w Biografía de Antero Tarquínio de Quental en wikipedia
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