ēgm.
Quién tuviera tal ventura
en las orillas del Sar
cual tuvo el Infante Henryques
una mañana sin par!
Yendo a recoger castañas
para asarlas en su lar
vio venir una morena
que el río quiere pasar.
Las faldas trae de seda,
de azabache su collar;
los labios, moras de zarza,
los ojos, algas del mar.
Mientras sonríe encantada
cantando viene un cantar
que la lluvia pone en calma,
al viento lo hace amainar;
a los peces de lo hondo
los hace arriba asomar
y a las aves de los árboles
las hace a tierra posar…
Tal habló el Infante Henryques,
el de ventura sin par:
«Por mi vida, moreniña,
canta otra vez tu cantar!»
Le respondió la morena,
tal respuesta le fue a dar:
«Solo canto mi cantiga
a quien me sabe besar!»
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Santa Rosa, Barcelona. Mayo 2009. m: 8×4
êImagen: Garffiti-papel pegado en alguna calle de Barcelona, 8/4/06
8Nota para ignorosos: Ver el Romance del infante Arnaldos
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